jueves, 30 de abril de 2009

Biografia


José Gervasio Artigas nació en Montevideo el 19 de junio de 1764. Fueron sus padres Don Martín José Artigas y Doña Francisca Antonia Arnal. Su abuelo paterno, Juan Antonio, figuró entre los primeros pobladores de Montevideo. Formaba parte de una de las familias más acaudaladas de Montevideo. Su padre era propietario de campos y fue el primer Capitán de Milicias, desempeñando el cargo de Oficial Real. Fue el tercer hijo de los seis que tuvieron sus padres. Sus hermanos fueron: Martina Antonia, José Nicolás, Manuel Francisco, Pedro Angel y Cornelio Cipriano. Los dos últimos fallecieron antes de 1806. Después estudiar en el colegio franciscano de San Bernardino, se dedicó a las tareas rurales en las estancias de su padre. Años más tarde comenzó a ganarse la vida comprando cueros en la campaña para venderlos a los exportadores de Montevideo. En 1778 su nombre aparece registrado al ingresar en la Cofradía del Santísimo Rosario. Luego se abre una época indocumentada en la vida del héroe, de la que apenas se poseen algunas noticias.

La historia clásica del período de la "reivindicación", negó siempre el aserto, aduciendo, por lo menos, inocuidad de las probanzas. Lorenzo Barbagelata, por ejemplo, la vincula a las acusaciones, interesadas y falsarias, del libelo de Cavia. Eduardo Acevedo, aunque explica largamente el carácter del contrabando como "ley de la época" y cita la unánime opinión al respecto de historiadores del más diverso origen, concluye preguntándose donde están las pruebas de que el Jefe de los Orientales haya sido contrabandista. De todas maneras considerando el contexto histórico, no debería despreciarse la hipótesis de que, siendo una persona de campo, actuara en contra de los intereses de la Corona cometiendo oportunamente alguna forma de abigeato. Era en esas épocas una forma de defender los intereses de la familia de los elevados impuestos y un connato de la rebeldía que demostraría más tarde contra el régimen realista.
También se relacionó con los aborígenes charrúas de manera intensa. Según diversos investigadores —entre los que se destaca Carlos Maggi, que expone esta afirmación en su libro El Caciquillo— durante el período que va desde su adolescencia hasta su ingreso en el cuerpo de Blandengues, período en el cual no aparecen referencias en los registros de la época, Artigas habría vivido con los charrúas, llegando a tener mujer e hijo dentro de esa nación. Su vida se habría desarrollado al norte del Río Negro, en las Misiones Orientales, Río Grande del Sur y Santa Catarina.

En 1791 nació su primer hijo, Manuel, fruto de su unión con Isabel Sánchez.

En 1797 ingresó como soldado de caballería en el regimiento de Blandengues, creado para combatir el robo de ganado y el contrabando en la Banda Oriental y proteger la frontera con el Brasil. En 1805, siendo ya Oficial del Cuerpo debió retirarse del ejército por razones de salud y se casó con su prima Rafaela Villagrán. Con ella tendrá tres hijos: José María, Francisca y Petronila. Pero lamentablemente, las dos niñas morirán a los pocos meses de su nacimiento, lo que deprimió tanto a Rafaela que terminó por enloquecerla. Artigas debió retornar al servicio activo y en 1806, durante las invasiones inglesas participó en la reconquista de Buenos Aires y en la defensa de Montevideo a las órdenes de Liniers.

En 1815 venció a las fuerzas centralistas, tomó Montevideo y organizó un gobierno federalista en Santa Fe. Resistió hasta 1820, año en que sus tropas fueron vencidas por las portuguesas, deseosas de hacerse con el control de la Banda Oriental. Ello le obligó a exiliarse en Paraguay, cuyo presidente, J. G. Rodríguez Francia, le concedió asilo político.

Sin embargo, a la muerte de éste, en 1840, fue encarcelado, siendo liberado por el nuevo presidente C. A. López, quien así mismo le dio refugio en Ibiray, donde permaneció hasta su muerte. En 1856, a título póstumo, el gobierno uruguayo lo declaró «fundador de la nacionalidad oriental».

martes, 28 de abril de 2009

Breve Biografia Visual

La Etapa Revolucionaria [Parte 1]

Estalla el proceso de la Independencia Hispanoamericana:

En 1808 Napoleón aprovechó las disputas por el trono entre el rey español Carlos IV y su hijo, el futuro Fernando VII, para intervenir en el Imperio Español e imponer las llamadas «abdicaciones de Bayona», por las cuales ambos renunciaron sucesivamente al trono de España en favor de José Bonaparte, luego de lo cual Fernando quedó cautivo.

Pero la intervención francesa desencadenó un levantamiento popular conocido como Guerra de la Independencia Española (1808-1814) que trajo incertidumbre sobre cuál era la autoridad efectiva que gobernaba España.

Ante la ausencia de una autoridad cierta en España y el cautiverio de Fernando VII, los pueblos hispanoamericanos, bajo la dirección de los criollos, comenzaron una serie de insurrecciones desconociendo a las autoridades coloniales. La primera insurrección se produjo el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Chuquisaca, en el Virreinato del Río de la Plata, a la que le siguieron levantamientos en todo el continente para formar juntas de autogobierno, dando origen a la Guerra de Independencia Hispanoamericana.

El 25 de mayo de 1810 el pueblo de Buenos Aires depuso al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, cabeza del Virreinato del Río de la Plata y eligió una junta para reemplazarlo, dando inicio a la Revolución de Mayo.

Inmediatamente, el poder español instaló su sede en Montevideo, importante puerto competidor del de Buenos Aires, y reclamó al Consejo de Regencia español el envío de un nuevo virrey, tropas y armas para reprimir el levantamiento.

Ese mismo año, Artigas, quien por entonces permanecía en las tropas virreinales, fue enviado a Entre Ríos como comandante de un contingente militar colonial, en un intento de recuperar para España los cinco pueblos entrerrianos insurrectos, pero resultó derrotado por los caudillos locales.

En enero de 1811 llegó a Montevideo el nuevo virrey, Francisco Javier de Elío. La Junta de Buenos Aires desconoció su autoridad y le declaró la guerra el 13 de febrero.

El ala radicalizada de la revolución de Buenos Aires había puesto sus ojos en Artigas. Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta, escribió en agosto de 1810, en su Plan Revolucionario de Operaciones, lo siguiente:

Sería muy del caso atraerse a dos sujetos por cualquier interés y promesas, así por sus conocimientos, que nos consta son muy extensos en la campaña, como por sus talentos, opiniones, concepto y respeto; como son los del Capitán de Dragones don José Rondeau y los del Capitán de Blandengues don José Artigas; quienes, puesta la campaña en este tono y concediéndoles facultades amplias, concesiones, gracias y prerrogativas, harán en poco tiempo progresos tan rápidos, que antes de seis meses podría tratarse de formalizar el sitio de la plaza.
El capitán Artigas desertó del Cuerpo de Blandengues en Colonia del Sacramento y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios militares al gobierno revolucionario, que le dio el grado de teniente coronel, 150 hombres y 200 pesos para iniciar el levantamiento de la Banda Oriental contra el poder español.

Los pueblos de la América española luchaban por su libertad y Artigas quería defender esas ideas en la Banda Oriental. A principios de abril regresó a su patria con unos 180 hombres. El 11 de abril emitió la Proclama de Mercedes, asumió el mando de la revolución en la Banda Oriental y el 18 de mayo derrotó a los españoles en la Batalla de Las Piedras. Luego inició el sitio de Montevideo y fue aclamado «Primer Jefe de los Orientales».

En 1812 logró convocar a un Congreso Nacional en Maroñas y allí proclamó la Provincia Oriental con gobierno federal, como modelo a seguir por las demás Provincias Unidas del Río de la Plata.

En las filas artiguistas participaron personajes y caudillos tan importantes para la posterior historia uruguaya como Dámaso Antonio Larrañaga, Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe, Fernando Otorgués, Fructuoso Rivera y Pablo Zufriategui.

La Etapa Revolucionaria [Parte 2]


El éxodo del pueblo oriental:

Como consecuencia del armisticio firmado con el virrey Elío por la Junta de Buenos Aires, las tropas enviadas a la Banda Oriental debieron abandonar dicho territorio, levantando el sitio de Montevideo. Artigas fue nombrado «Teniente Gobernador, Justicia Mayor y Capitán del Departamento de Yapeyú», en las Misiones argentinas.

Artigas, cumplió con su nuevo cargo trasladándose al territorio misionero, por lo que decidió pasar con sus seguidores a la orilla occidental del río Uruguay, hecho conocido como el éxodo oriental. Cruzó el río Uruguay con mil carretas y unas 16.000 personas con sus ganados y pertenencias, en enero de 1812, instalando su campamento cerca del arroyo Ayuí Grande perteneciente a la Provincia de Misiones.

Allí se estableció en un enorme campamento, desde el cual organizó un gobierno sobre el territorio que sus hombres alcanzaban a controlar. Mantuvo correspondencia con pequeños caudillos locales de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, con lo que aumentó el círculo de los que compartían sus ideas y que serían base de su futura influencia en el Litoral argentino.

A principios de 1812, roto el armisticio con la retirada de Elío, las tropas de Buenos Aires reanudaron el sitio de Montevideo. Pero el jefe político de las mismas, Manuel de Sarratea, hizo todo lo posible para debilitar las fuerzas de Artigas, lo que llevó a un conflicto con el caudillo. Sólo después de la retirada de Sarratea, Artigas se unió al sitio de Montevideo con sus tropas.

La Etapa Revolucionaria [Parte 3]

Las instrucciones para la Asamblea del año 1813:

En el campamento de Artigas fueron electos los diputados orientales que debían concurrir a la Asamblea General Constituyente del año 1813 a celebrarse en Buenos Aires. Artigas le dio instrucciones a sus diputados, las que fueron dictadas el 13 de abril de 1813.Los ejercedores de La Asamblea del Año XIII, presidida por Carlos María de Alvear, temía que la incorporación de los artiguistas produjera una virtual alianza entre el caudillo oriental y San Martín para apurar una declaración de independencia, que el grupo alvearista, en consonancia con los intereses de Gran Bretaña, ahora aliada de España, pretendía retrasar lo más posible.

La clase alta porteña temía que la influencia del caudillo oriental y su enorme popularidad se extendieran al resto de las provincias. Veía en la acción de Artigas un peligroso ejemplo que propugnaba un serio cambio social. El reparto de tierras y ganado entre los sectores desposeídos concretado por Artigas en la Banda Oriental, bien podía trasladarse a la otra margen del plata y poner en juego la base de su poder económico.

Básicamente, Artigas reclamaba:

Independencia de las provincias del poder español.
Igualdad de las provincias a través de un pacto recíproco.
Libertad civil y religiosa.
Organización de los poderes como un gobierno republicano.
Federalismo, con un gobierno supremo que entendiera solamente en los negocios generales del Estado, y confederación referida a la protección que se debían las provincias entre sí.
Soberanía de la Provincia Oriental sobre los siete pueblos de las Misiones Orientales.
Ubicación del gobierno federal fuera de Buenos Aires.
Los diplomas de los diputados orientales fueron rechazados por la Asamblea, usando como argumento legal la nulidad de su elección porque se realizó en un campamento militar y además porque Artigas les había impartido instrucciones, a pesar de que la Asamblea se había declarado soberana.

A continuación, el general José Rondeau hizo reunir un segundo congreso, que eligió nuevos diputados a la Asamblea, en una capilla junto a su propio campamento, cuidando de elegir a diputados contrarios a la influencia de Artigas.

Ante este atropello a la voluntad popular, Artigas abandonó el sitio de Montevideo a mediados de enero de 1814. Se dirigió a la costa del río Uruguay, desde donde sus partidarios lanzaron una serie de campañas para controlar el interior de la Banda Oriental y la Provincia de Entre Ríos. La expedición enviada desde Paraná para enfrentarlo fue derrotada en Entre Ríos por su lugarteniente Eusebio Hereñú.

Tras el retiro de Artigas del sitio de Montevideo, el unitario Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Gervasio Antonio Posadas, firmó un decreto el 11 de febrero de 1814, declarando a Artigas «traidor a la Patria».

Art.1 - Se declara a don José Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la Ley y enemigo de la Patria.
Art. 2 - Como traidor a la Patria será perseguido y muerto en caso de resistencia.
Art. 3 - Es un deber de todos los pueblos y las justicias, de los comandantes militares y de los ciudadanos de las Provincias Unidas perseguir al traidor por todos los medios posibles. Cualquier auxilio que se le dé voluntariamente será considerado como crimen de alta traición.

Se recompensará con seis mil pesos a los que entreguen la persona de don José Artigas vivo o muerto.

La Etapa Revolucionaria [Parte 4]


La Liga Federal:

En 1814 organizó la Liga de los Pueblos Libres, de la que fue declarado Protector. Al año siguiente liberó Montevideo del control de los unitarios aliados de Buenos Aires.

Tras varios meses de enfrentamientos militares entre el Directorio, en una guerra civil desarrollada en Corrientes, Entre Ríos y la Provincia Oriental, la victoria de Fructuoso Rivera en la batalla de Guayabos en enero de 1815, obligó al Director Carlos María de Alvear a evacuar Montevideo, entregándola al segundo de Artigas, Fernando Otorgués.

Alvear, decidido a gobernar sobre las provincias argentinas sin oposición, ofreció a Artigas la independencia de la Provincia Oriental. Artigas la rechazó y ayudó a los federales de Corrientes y Santa Fe a sacudirse la tutela del Directorio.

Las victorias de Artigas facilitaron la revolución que determinó la caída de Alvear en abril de ese año. Pero las relaciones con su sucesor, Ignacio Álvarez Thomas, siguieron siendo tirantes y violentas. No obstante, éste no intentó volver a someter a su gobierno a la Provincia Oriental.

En mayo de 1815, Artigas instaló su campamento a unos cien kilómetros al norte de la ciudad de Paysandú, y a unos siete kilómetros de la llamada Meseta de Artigas. Purificación habría de transformarse en la capital de hecho de la Liga Federal.

El 29 de junio de 1815 se reunió en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el «Congreso de los Pueblos Libres» llamado Congreso de Oriente. Fue convocado por Artigas para «tratar la organización política de los Pueblos Libres, el comercio interprovincial y con el extranjero, el papel de las comunidades indígenas en la economía de la confederación, la política agraria y la posibilidad de extender la Confederación al resto del ex-Virreinato del Río de la Plata». En este congreso, las provincias de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Santa Fe y la Provincia Oriental se declararon independientes «de todo poder extranjero», al tiempo que se invitó a las demás Provincias Unidas del Río de la Plata a sumarse a un sistema federal, ya que dicha declaración de independencia no era una declaración separatista del Río de la Plata. A la Liga Federal liderada por José Gervasio Artigas estuvieron a punto de sumarse las provincias de Santiago del Estero y La Rioja aunque en ambas al final vencieron las tropas directoriales.

Envió una delegación a Buenos Aires con la premisa de mantener la unidad en base a los principios de: «La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada, como objeto único de nuestra revolución; la unidad federal de todos los pueblos e independencia no solo de España sino de todo poder extranjero (...)». Los cuatro delegados fueron detenidos en Buenos Aires, y el nuevo Director ordenó invadir Santa Fe.

Artigas ratificó entonces el uso de la bandera creada por Manuel Belgrano, añadiéndole un festón diagonal punzó, siendo el rojo punzó desde entonces el signo del federalismo en Argentina. Artigas la llamó «el Pabellón de la Libertad».

Este congreso sancionó el 10 de septiembre de 1815 un Reglamento para el fomento de la campaña, que fue la primera reforma agraria de América Latina, ya que expropiaba las tierras y las repartía entre los que la trabajaban «con la prevención que los más infelices sean los más privilegiados».

La Etapa Revolucionaria [Parte 5]

La invasión luso-brasileña y la guerra contra los unitarios:
El 9 de julio de 1816 se declaró en el Congreso de Tucumán la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pero en el mismo, con excepción de Córdoba, no fueron representadas las provincias pertenecientes a la Liga de los Pueblos Libres.

El constante crecimiento de influencia y prestigio de la Liga Federal atemorizó tanto a los unitarios de Buenos Aires y Montevideo como al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. En agosto de 1816 numerosas tropas luso-brasileñas invadieron la Provincia Oriental, con la complicidad tácita de los unitarios que se habían fortalecido en Buenos Aires y del embajador porteño en Río de Janeiro. Con la intención de destruir al caudillo y su revolución, las tropas luso-brasileñas atacaron por tierra y mar. Junto a Artigas, participaron en la defensa de su provincia sus lugartenientes: Juan Antonio Lavalleja, Fernando Otorgués, Andrés Latorre, Manuel Oribe, el misionero Andrés Guazurary. En cuanto a Rivera, éste traicionó a Artigas pasando a servir a los portugueses y brasileños. Poco tiempo después el mismo Rivera entraría junto a los montevideanos del "Club del Barón" a conspirar para dar muerte a Artigas.

Debido a su superioridad numérica y material, las fuerzas luso-brasileñas al mando de Carlos Federico Lecor vencieron a Artigas y sus lugartenientes ocuparon Montevideo el 20 de enero de 1817, aunque la lucha continuó por tres años en el medio rural.

Indignado por la pasividad de los unitarios instalados en Buenos Aires, Artigas les declaró la guerra, al tiempo que enfrentó a los luso-braileños con ejércitos que se vieron diezmados por sucesivas derrotas.

Después de tres años y medio de resistencia, la batalla de Tacuarembó, de enero de 1820 significó la derrota definitiva de Artigas, que debió abandonar el territorio oriental, al que ya no volvería. Varios de sus lugartenientes cayeron prisioneros o abandonaron la lucha. Fructuoso Rivera, por su parte, se pasó al ejército brasileño de ocupación.